Emplearse era lo que le faltaba a Lewart, y había llegado el momento en que eso tenía que suceder.
Era viernes, día en el que usualmente no se busca empleo, pero fue a una feria de empleos que ofrecía una universidad local. Fue con Aars y Silroma para ver que sucedía.
Estaba lleno de diversas empresas, y parecía ser una más como las demás; con tantas empresas pero ofreciendo plazas que talvez nunca llegarían o que requerían cierta experiencia la cual Lewart no poseía.
Llegó a un stand y se sorprendió. Era de la empresa que el había estado pensando en aplicar desde hace quizá unos seis meses atrás. Se llenó de nerviosismo y de pensamientos que le decían que ni siquiera intentara nada para conseguir algo de allí.
Fue a dar vueltas por el lugar, divagando y pensando si hacia algo al respecto o no. Paso cerca de una hora en ese afán, hasta que algo lo motivo y de la nada se acerco y comenzó a conversar con la señorita que estaba allí. Ella le hizo un par de preguntas, le pidió que le diera un par de datos y le dijo que le llamarían quizá la próxima semana.
“Tipico, ya lo he oído antes” pensó Lewart, “fue otra más de las demás… siempre dicen eso”. Regresó a casa con alguna remota esperanza que algo sucedería la próxima semana y que no pasó en esa fecha… pasó el mismo día.
Recibió una llamada como a eso de las 16:30 hrs, y estaba a punto de salir de casa. Contestó la llamada y no podía creerlo, le volvieron a hacer otro par de preguntas (ahora un poco mas de un par) y le pidieron que llegara el martes por la mañana a hacer algunas pruebas. De puro nervio, fue lunes y martes al lugar indicado.
El martes, llego a tiempo al lugar, y comenzó a tomar las pruebas necesarias. Tomó una y la pasó, tomó la siguiente y la volvió a pasar, y otra y otra y otra más, y las pasó todas. Llenó un par de hojas de solicitud de empleo (mero formalismo pensó) y se las dio al encargado de esos test.
“Aprovechemos a pasar a entrevista ahorita para que ya quedes aquí” le dijo el encargado. “Esta bien…” respondió Lewart “…pero disculpe, ¿Qué tal salí en los tests?” “Están todos bien, no te preocupes por eso” le respondió, y pasaron a las entrevistas.
En las entrevistas (que fueron dos) le hicieron otro montón más de preguntas que ahora si semejaban una verdadera entrevista de trabajo (no como las que había tenido antes). Terminaron y le dijeron “Traiga estos documentos y empieza entrenamiento el lunes… ¡Bienvenido a nuestra empresa!”. Desde ese momento Lewart supo que se venia un viaje que seria completamente nuevo para él.
Llegó el dia de empezar el entrenamiento y se sentía mas inseguro de todo que nunca en su vida. Llego una evaluación y la pasó, llego otra a la siguiente semana y lo volvió a hacer, llegó la ultima y la pasó igual… El sentimiento de inseguridad era grande a pesar de lo que las evaluaciones le dijeran, pero se aminoraba a medida el tiempo pasaba.
Llego la ultima semana, la más difícil según él, y preguntó “¿Y como van a evaluarnos en esta semana?” a lo que una ya experimentada en el trabajo le respondió “No te preocupes, si ya llegaste a la ultima semana y pasaste la evaluación anterior, ya estas dentro” Lewart se sintió con alivio y carga a la vez, sabiendo que ahora cargaría con una nueva responsabilidad sobre sus hombros.
Llegó el último día, y con él el pago. Lewart se sintió realizado de poder recibir por primera vez un cheque a su nombre y por hacer alguna labor. Firmó contrato y fue a cambiar su cheque.
Ahora esta EMPLEADO, ha cumplido el propósito. El mismo día fue a la iglesia y le dio gracias a Dios y le dio las primicias. Al siguiente día pago en su centro de estudios y espera de a poco saldar deudas. Espera desempeñar bien su labor y estar ahí un buen tiempo. Sabe que fue una oportunidad que Dios le abrió y que Él mismo lo ha llevado hasta ese punto, y que ahora no lo dejara así por así. Espera cosas buenas de ahora en adelante.
Sábado, Noviembre 7, 2009
Era viernes, día en el que usualmente no se busca empleo, pero fue a una feria de empleos que ofrecía una universidad local. Fue con Aars y Silroma para ver que sucedía.
Estaba lleno de diversas empresas, y parecía ser una más como las demás; con tantas empresas pero ofreciendo plazas que talvez nunca llegarían o que requerían cierta experiencia la cual Lewart no poseía.
Llegó a un stand y se sorprendió. Era de la empresa que el había estado pensando en aplicar desde hace quizá unos seis meses atrás. Se llenó de nerviosismo y de pensamientos que le decían que ni siquiera intentara nada para conseguir algo de allí.
Fue a dar vueltas por el lugar, divagando y pensando si hacia algo al respecto o no. Paso cerca de una hora en ese afán, hasta que algo lo motivo y de la nada se acerco y comenzó a conversar con la señorita que estaba allí. Ella le hizo un par de preguntas, le pidió que le diera un par de datos y le dijo que le llamarían quizá la próxima semana.
“Tipico, ya lo he oído antes” pensó Lewart, “fue otra más de las demás… siempre dicen eso”. Regresó a casa con alguna remota esperanza que algo sucedería la próxima semana y que no pasó en esa fecha… pasó el mismo día.
Recibió una llamada como a eso de las 16:30 hrs, y estaba a punto de salir de casa. Contestó la llamada y no podía creerlo, le volvieron a hacer otro par de preguntas (ahora un poco mas de un par) y le pidieron que llegara el martes por la mañana a hacer algunas pruebas. De puro nervio, fue lunes y martes al lugar indicado.
El martes, llego a tiempo al lugar, y comenzó a tomar las pruebas necesarias. Tomó una y la pasó, tomó la siguiente y la volvió a pasar, y otra y otra y otra más, y las pasó todas. Llenó un par de hojas de solicitud de empleo (mero formalismo pensó) y se las dio al encargado de esos test.
“Aprovechemos a pasar a entrevista ahorita para que ya quedes aquí” le dijo el encargado. “Esta bien…” respondió Lewart “…pero disculpe, ¿Qué tal salí en los tests?” “Están todos bien, no te preocupes por eso” le respondió, y pasaron a las entrevistas.
En las entrevistas (que fueron dos) le hicieron otro montón más de preguntas que ahora si semejaban una verdadera entrevista de trabajo (no como las que había tenido antes). Terminaron y le dijeron “Traiga estos documentos y empieza entrenamiento el lunes… ¡Bienvenido a nuestra empresa!”. Desde ese momento Lewart supo que se venia un viaje que seria completamente nuevo para él.
Llegó el dia de empezar el entrenamiento y se sentía mas inseguro de todo que nunca en su vida. Llego una evaluación y la pasó, llego otra a la siguiente semana y lo volvió a hacer, llegó la ultima y la pasó igual… El sentimiento de inseguridad era grande a pesar de lo que las evaluaciones le dijeran, pero se aminoraba a medida el tiempo pasaba.
Llego la ultima semana, la más difícil según él, y preguntó “¿Y como van a evaluarnos en esta semana?” a lo que una ya experimentada en el trabajo le respondió “No te preocupes, si ya llegaste a la ultima semana y pasaste la evaluación anterior, ya estas dentro” Lewart se sintió con alivio y carga a la vez, sabiendo que ahora cargaría con una nueva responsabilidad sobre sus hombros.
Llegó el último día, y con él el pago. Lewart se sintió realizado de poder recibir por primera vez un cheque a su nombre y por hacer alguna labor. Firmó contrato y fue a cambiar su cheque.
Ahora esta EMPLEADO, ha cumplido el propósito. El mismo día fue a la iglesia y le dio gracias a Dios y le dio las primicias. Al siguiente día pago en su centro de estudios y espera de a poco saldar deudas. Espera desempeñar bien su labor y estar ahí un buen tiempo. Sabe que fue una oportunidad que Dios le abrió y que Él mismo lo ha llevado hasta ese punto, y que ahora no lo dejara así por así. Espera cosas buenas de ahora en adelante.
Sábado, Noviembre 7, 2009
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