Este es el Castillo de Cartas


Un castillo de cartas.
Frágil, si piensa en el que está hecho de naipes.
Interesante, si piensa en uno hecho de epístolas.
Este cae en ambas descripciones.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Lewart y la Economía, Parte III

Faltaban cinco días para que la fecha límite llegara y, como había sido la constante en las últimas semanas, Lewart no veía por donde podría venir la provisión necesaria para entrar al ya no tan nuevo periodo de estudios.

Era sábado, y platicaba con Aars, una compañera de clases, sobre las cosas cómicas que quizás debería hacer para poder conseguir el dinero que necesitaba. Aun tratando de ver las cosas “por el lado amable” como dicen por allí, Lewart seguía con la preocupación latente, y cada vez más grande, porque el tiempo se acortaba.

Eran más de las 15 hrs y dispuso hablar con unas compañeras de la clase que estaba recibiendo. Tal como le había dicho más temprano a Aras, le iba a hacer su solicitud de préstamo a cualquiera que se le pusiera en frente… a tiempos desesperados, medidas desesperadas.

Le dijo a Lareuq, compañera de la misma clase, y le comento sobre la situación que pasaba, y el monto de lo adeudado. Cual fue la sorpresa para Lewart cuando de la manera más natural y oportuna ella le respondió: Si querés te lo doy al terminar la clase ¿te parece?

Lewart quedó atónito de aquella respuesta, y parado allí en frente de ella aun no podía creer que tanto tiempo con esa preocupación y la solución estaba frente a él. Claramente le agradeció y accedió a recoger lo que necesitaba al término de la clase.

Al momento la abrazó y le dijo con voz suave y emocionada “me acabás de salvar la vida”. Salieron juntos, platicaron un momento y se despidieron; con un sabor un poco agridulce por un olvido que ella tuvo al momento de recoger el encargo, pero eso sí, llena del agradecimiento que profesó Lewart por ella.

En el día indicado y límite, canceló la deuda, y pudo por fin darse por oficialmente entrado el ya no tan nuevo periodo de estudios.

Claro, ahora a Lewart le queda mucho camino por recorrer, debe completar lo propuesto por él mismo al principio de esta travesía, EMPLEARSE, para lo cual debe de trabajar duro y apresurarse porque, a pesar de que ahora está dentro, debe de tener un ingreso para seguir adentro y que el sacrificio y apoyo que ya tantos ángeles que Dios le ha puesto en el camino valgan verdaderamente la pena.

Jueves, Septiembre 17, 2009

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