Iba camino a casa, caminando en un lugar que no recuerdo. De repente un automóvil se detuvo frente a mi, y se abrió una puerta. Era ella. Me invitó a subir, accedí, y emprendimos camino hacia donde estaba viviendo en ese lugar.
Se hacía de noche, y llegamos a la casa. Bastante parecida a la que solía vivir antes. Demasiado diría yo. Y entramos.
Ella subió al siguiente piso de la casa, mientras yo me quedé en la sala, viendo un poco de noticias, bastante extrañas, como por ejemplo, un fenómeno celeste que se presentaría en el pacífico sobre un objeto que avanzaría exactamente sobre el lugar que estábamos localizados.
Apagué la TV, y subí al segundo piso y no la vi más. Hasta este momento esa casa era idéntica a la anterior, mas descubrí una diferencia: En la terraza del segundo piso había una escalera que daba al techo de la casa… Y ahí estaba ella, sentada viendo el cielo, quizá tratando de contar las estrellas, hipnotizada por la oscuridad de la bóveda celeste, simplemente pérdida en ellas, y yo preguntándome que pensaría.
Subí la escalera, y me acerqué silenciosamente por la espalda. Tomé su cintura, y se asusto un poco, ya que estaba tan distraída viendo el cielo. - ¿Qué piensas? - le pregunté. – Nada, simplemente admiraba las estrellas, y pensaba en vos, en nosotros.
Sorprendido por la respuesta me quedé sin habla, y me senté junto a ella a ver las estrellas. Nunca ella había proferido tales palabras desde que nos conocimos. Quedamos así por un rato, simplemente sin decir nada.
En ese momento en que ambos mirábamos como tontos la inmensidad del firmamento, recordé esa frase que había escuchado hace un tiempo: “Amar no es mirarse el uno al otro, amar es mirar juntos en la misma dirección” o algo así.
Con una sonrisa boba en mis labios volteé mi mirada y en un susurro sólo alcancé a decir: Sos tan especial para mí. Y posé mis labios sobre los suyos cerrando los ojos en el momento mágico…
…Y cuando los abrí, eran las 7:40 am, y había que despertar ya del sueño reparador. Simplemente un sueño. Nada más. Una proyección de mis sentimientos, por haber tenido contacto con ella en un día que usualmente no lo hago. Una mala jugada de mis sentidos. De mi inconsciente que clama por ella hasta en mis madrugadas.
Simplemente un sueño. Por el momento.
Domingo, Julio 18, 2010
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¡QUE PRECIOSO!
ResponderEliminarLeí y me remito a la estructura del escrito: En cierta parte escribís en primera persona, osea que participás como narrador y personaje de la historia. Pero hay un momento en que el escrito esta hecho en tercera persona (específicamente como narrador testigo, que narra lo que observa).
ResponderEliminarLa parte en tercera persona es la siguiente: "Sorprendido por la respuesta se quedó sin habla, y se sentó junto a ella a ver las estrellas. Nunca ella había proferido tales palabras desde que se conocieron. Quedaron así por un rato, simplemente sin decir nada."
Y vuelve el giro a primera persona en el próximo párrafo: "En ese momento en que ambos mirábamos como tontos la inmensidad del firmamento,..."
He allí un problemita de estructura narrativa. Primero hablás vos y participás y luego la historia es contada por un sujeto que está fuera de la historia y luego aparecés como si nada. Y esos cambios bruscos en historiaspeuqeñas se siente raros, es como ir manejando hacia el sur y repentinamente manejás hacia el norte.
Sobre el contenido no tengo comentario alguno, porque me gusta tu forma de expresarte y la manera en que dirigís tus ideas.
Observá siempre, cuando sea una historia, que sea solamente en primera o segunda persona para no cambiar el sentido de la historia y así que no se desoriente el lector.
Saludos mi estimado.
PD: Es la 100am y estoy medio dormido. Si encontrás una incongruencia en el comentario, hacemelo saber pronto para corregir.
Shoko.
PD2: comenté como anónimo porque esta porquería de blogger no me dejó hacer log in. después veré que pasó alli. Saludos, Wucast.
ResponderEliminarShoko.
Gracias Shoko por tu revisión. Creeme que ni yo sé que pasó con esas incongruencias, pero ya están corregidas como se debe. Saludos fraternos.
ResponderEliminarYo que soy ferviente seguidora de Antonio Gala desde siempre, comparto completamente su definición, coincidente con la tuya, de lo que es amar, mirar ambos en la misma dirección y cuando miras al otro ver la vida a través de sus ojos.
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