A Lewart siempre la han dicho que muchas veces piensa demasiado las cosas, en el plano amoroso, y que por eso a veces las cosas al final no se dan de la manera que espera. Aunque alimente las ilusiones con migajas, sus actitudes parece que se vuelven “demasiado de amigo, y después no te pueden ver como algo más” como le dijeron ya una vez. Y él no cambia, a pesar de parecer ser ese el problema.
Lewart se persuade a sí mismo pensando que lo hace de esa manera porque busca algo más grande, algo trascendental ahora, algo que deje huella, una huella duradera, y que si al final termine de manera abrupta, pues que deje buenos recuerdos para saber que valió la pena el esfuerzo. Piensa ahora que no busca algo pasajero cuando en realidad siente algo especial por alguien. Debe ser especial en verdad.
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De un tiempo acá, ella se ha adueñado de los pensamientos de Lewart. De día, y de noche, en donde quiera está. Ha querido combatir esa ilusión que sabe puede lastimarlo, pero sus esfuerzos han sido inútiles, a pesar de saber que su belleza y su calidez en su forma de ser sean tan atractivas para todos, y que muchos intenten ganar su corazón también. Y de hecho lo intenten.
Lewart lleva las cosas de nuevo como las ha hecho siempre, con suma tranquilidad, pensando lo de siempre “debe ser algo especial, debe ser mi amiga primero”. Disfruta los pocos momentos en que puede disfrutar su compañía, hablan de todo y de nada, se hacen compañía, comparten el pasado y el presente, y nada más. Para él, ella es una compañía sin precio, inmensurable, que llena, simplemente con un par de cientos de palabras al día.
Y él sigue esperando que un día exista una señal, un algo que le deje saber que esas palabras no son simplemente tiradas al viento y que en realidad llegan a su corazón. Y a pesar de saber que de a poco se vuelve especial para ella, el hecho que existan más personas que aspiran a su cariño no le deja de incomodar. Sabe que es incluso normal. “¿Quien no la quisiera siendo ella tan linda?” piensa para sí. Y sabe que es cierto.
Después de todo, seguirá firme en su planteamiento, a pesar que ya muchos le digan lo contrario. Seguirá constante, perenne, como la gota sobre la roca que un día habrá de hacer una grieta en ella y logrará filtrarse, y llenarla… Espera así filtrarse en su corazón, y llenarlo, llenarlo de todo lo que ha sentido hasta el día de hoy, y aún más que eso.
Seguirá ahí, justo frente a ella. Dispuesto para ella, como lo ha estado desde algún tiempo atrás. Como ella lo sabe ya. Como el quiere que lo sepa. Como él quiere que lo sepa por el momento… Ya habrá tiempo después para hablar largo y tendido sobre el sentimiento que ahora inunda su corazón. Después.
Viernes, Julio 23, 2010
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