Este es el Castillo de Cartas


Un castillo de cartas.
Frágil, si piensa en el que está hecho de naipes.
Interesante, si piensa en uno hecho de epístolas.
Este cae en ambas descripciones.

martes, 18 de enero de 2011

Mirando tu espalda...

Él no tenía nada más en su mirada, sino su silueta, y ella, pues, ella no prestaba mucha atención a aquel hecho.

Ella lo sabía, él ya se lo había dicho, pero, como palabras venían e iban, simplemente él se conformaba con ver su espalda cuando ella marchaba de su presencia, después de haber vaciado su corazón de los sentimientos que ella provocaba, y que le eran irrelevantes. Partía de aquel lugar donde coincidían a ratos, y le partía el corazón.

Esperaba coincidir en aquel lugar, al menos ese par de segundos, y ella pasaba de largo, y de nuevo, sólo le quedaba ver su linda, pero lejana silueta, y aquella espalda alejándose por aquella calle infinita.

Pasó largo tiempo, y como cita fija él esperaba por ella, lloviese, o hiciese calor, supiese si estaba allí o no, y así siguió, alimentándose de migajas hasta que pensó un buen día: - No más, esto es inmerecido. Y al siguiente día, armándose de valor y orgullo, no fue más.

Al cabo de un par de días de ausencia, ella notó que había un vacío en aquellas gradas que daban a la salida de la calle, aquel muchacho que le decía aquellas cosas bonitas no estaba más. - Volverá - pensó para sí misma, pero en varios días, ese hecho no sucedió.

Debía confesar que ella que al final de tanta insistencia, como la gota que hace el agujero en la roca, él había calado hondo en su corazón, pero ahora era demasiado tarde para voltear, y decirle lo mucho que apreciaba su presencia, a pesar que todo este tiempo, lo único que le brindo fue la visión de su espalda alejándose en la distancia.

Martes, Enero 18, 2011

Gracias a Katherine Montero ( @Queith ) por la inspiración indirecta por ese tweet.  ^_^


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2 comentarios:

  1. Los seres humanos muchas veces cometemos el error de no tomar las oportunidades cuando se dan; preferimos la insistencia y el rechazo a aceptar lo que realmente lo que sentimos y eso al final de todo es lo que realmente duele...

    Saludos!!!

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  2. Somos incongruentes en nuestras maneras de sentir, incluso en la forma en la que decidimos, queremos las cosas cuando no están, y cuando están las pasamos desapercibidos... Y siempre resulta una lástima...

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