Este es el Castillo de Cartas


Un castillo de cartas.
Frágil, si piensa en el que está hecho de naipes.
Interesante, si piensa en uno hecho de epístolas.
Este cae en ambas descripciones.

lunes, 28 de febrero de 2011

Un mes más, un mes menos.

De pronto he tomado la costumbre de escribir al final de cada mes un poco de lo que me deja, y así es como sale este post.

¿Y qué me dejó febrero? 
Pues, me dio la oportunidad de presionarme como nunca antes, laboralmente hablando, con resultados adversos, pero que al final pude solventar de buena manera.
Me dejó saber que la diversidad de pensamiento es base en el crecimiento personal, y que para disfrutar de ella es necesaria una buena dosis de tolerancia, entendimiento, y, ¿por qué no?, un poco de paciencia e indiferencia.
Me permitió conocer a personas especiales que aún no tenía el gusto de hacerlo, pero que simplemente le agradezco a la vida porque aún exista gente así, llena de vida y alegría, y que la comparten con el mundo.
Me deja un sabor amargo de boca en una ilusión pequeña y de hace tiempo, que definitivamente terminó, aunque habían visos de su final, aún antes de siquiera comenzar algo. Simplemente no sucedió, no fui el iluminado, no era el indicado, y ahora ya no es más. Solamente.
Me dejó pensar en que estoy solo, hablando en el sentido de tener una pareja, y que, a pesar de decir que ese hecho del San Valentín comercial no debe afectar porque es simplemente una fiesta consumista, rayos que sí afecta al final, por más que uno se niegue.
De ahí salen las preguntas existenciales de "¿por qué estoy así?", y no les encuentro respuesta.

Será de ver, que ahora hemos vivido un mes más.
Será de ver, ahora que queda un mes menos por vivir.

Lunes, Febrero 28, 2011

Creative Commons License
This obra by Walter Ulises Castillo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

1 comentario:

  1. Así somos los seres humanos... a veces nos sentimos fuertes ante el mundo cosumista en el que vivimos, pero muy en el fondo es que no queremos reconocer que muchas veces, por no decir siempre, sentimos que nos hace falta que alguien más que nuestros amigos y familia piensen en nosotros y que dediquen parte de su día en decirnos un te quiero o un te extraño...
    La verdad es que uno sufre por esas causas, pero lo bueno es que el hecho de escribirlas nos hacen sentir un poco menos ese sentimiento dentro de nosotros

    ResponderEliminar

Busqueda